Y Mefiboset, hijo de Saúl, descendió al encuentro del rey, y no se había arreglado los pies, ni se había recortado la barba, ni había lavado la ropa, desde el día en que el rey partió hasta el día en que volvió en paz.

Ver. 24. Y ni se había vestido los pies. ] Que en esas partes se contagiaban con frecuencia con los viajes, y en que la gente -qui ex complexione olent aeque ac Arabes instar hircorum, que por naturaleza apestan a cabras, dicen algunos- solía lavarse y vestirse, con tendencia a oler casi cualquier parte.

Ni se recortó la barba. ] Ut squallidus et hirtus appareret, en señal de duelo.

Ni lavó su ropa. ] Su ropa interior, su ropa de cama.

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