Y David bailó delante del SEÑOR con todas sus fuerzas; y David estaba ceñido con un efod de lino.

Ver. 14. Y David bailó ante el Señor con todas sus fuerzas. ] En verdad lujuriosa, pero no a la ligera y en vano, como lo hacían a veces Calígula y Nerón en un teatro al aire libre; ni tampoco supersticiosamente, como lo hicieron los Salii, esos sacerdotes romanos, en honor de su dios Marte, y como lo hacen los romanistas en este día en España y en otros lugares ante su dios empanado, cuando es llevado en procesión: sino con un grave movimiento de su cuerpo, de una manera santa y sobria y medida, como era habitual en los antiguos en algunos casos, para expresar así su alegría espiritual y los arrebatos de regocijo.

Y David estaba ceñido con un efod de lino. ] Dejando a un lado su real hábito; se vistió con un manto de lino, no muy diferente al de los sacerdotes, para mostrar su devoción. Leemos de Carlos V, que en su solemne inauguración en Bononia sí se vistió de lino, para complacer a la sociedad pontificia, como si fuera uno de sus sacerdotes consagrados. Esto era mucho en un emperador, pero menos para sorprenderse, ya que luego envió a su maestro de escuela, Adrian, a Roma, para negociar por él por el Papa: pensando que con ello influiría mucho, si podía conseguir las dos espadas. David no tenía tal objetivo cuando sobre su túnica de seda puso este efod de lino, 1Cr 15:27 que, al estar ceñido a él, evitaba que sus otras prendas volaran por el aire cuando bailaba. a

un Osiander en 1 Crón. xv.

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