Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe, porque estas palabras son verdaderas y fieles.

Ver. 5. Escriba; porque estas palabras son fieles ] Aunque pocos hombres las creerán; porque si lo hicieran, ¿qué no harían o dejarían de hacer para obtener el cielo? Cleombroto, al leer el libro de Platón sobre la inmortalidad del alma, quedó tan embelesado con su vanidad que se arrojó de cabeza al mar. Pero, ¡cuántos que leen este mejor libro de la felicidad celestial, no se ven influidos ni en la menor medida para afectar las cosas de arriba, que corren paralelas a la vida de Dios y la línea de la eternidad!

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