Moisés nos mandó una ley, [incluso] la herencia de la congregación de Jacob.

Ver. 4. Moisés nos ordenó una ley. ] Estas son las palabras de los santos antes mencionados, expresando su buen afecto a la ley ya Moisés, por cuya mediación la recibieron.

Incluso la herencia. ] Para uso perpetuo para nosotros y nuestra posteridad. En verdad, la ley no recae sobre los justos, ου κειται , 1Ti 1: 9 ni los urge como sobre los impíos. Para éstos la ley es como cadenas y grilletes; a los que, como cinturones y ligas, se ciñen los lomos y aceleran mejor su marcha. Los confina a vivir en ese elemento donde vivirían, como si uno estuviera confinado al Paraíso, donde estaría, aunque no existiera tal ley.

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