Por tanto, pondrás tu rostro hacia el sitio de Jerusalén, y tu brazo será descubierto, y profetizarás contra ella.

Ver. 7. Pon tu rostro hacia el sitio de Jerusalén. ] Fortalece tu rostro, sé severo y resuelto, para mostrar que los caldeos deberían ser así. Así, este profeta procede a escribir, por así decirlo, en jeroglíficos y a predicar con emblemas.

Y tu brazo y será descubierto, ] es decir, que has de hacer tu trabajo corporal; lo cual, cuando los soldados y sirvientes se dispusieron a hacer, desnudaron sus armas, ut fine expeditiores, para un despacho más rápido. Incluso los oradores también suplicaron con el brazo derecho, como observa aquí Oecolampadio, desnudos y estirados.

Y profetizarás contra ella. ] Por estos signos y mudos espectáculos al menos. Ver Ezequiel 3:26 .

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