Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara.

Ver. 15. Vestirlo y guardarlo. ] Esto lo hizo como sin necesidad, sin dolores, sin cansancio. Era más su recreación que su ocupación. Trabajó ahora por una ordenanza; fue después de su caída sobre él como castigo, Gen 3:19 para comer su pan con el sudor de su nariz. Dios nunca hizo a ninguno, como hizo al Leviatán, para divertirse sólo él mismo; o hacer, como se dice de la gente de Tombutum en África, que pasan todo su tiempo cantando y bailando; sino "trabajar", ya sea "con las manos" o con la cabeza, "en el sudor de su frente", o de su cerebro, "lo que es bueno"; Efesios 4:28 y con cuanta más alegría se hace uno en sus negocios, tanto más se acerca a su paraíso.

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