Por la fe la ramera Rahab no pereció con los incrédulos, cuando recibió a los espías en paz.

Ver. 31. Con los que no creyeron ] A saber, que no dio crédito a esos informes comunes de Dios y sus grandes obras, pero los despreció como noticias ligeras, y se negó a sufrir más investigaciones.

Cuando hubo recibido a los espías ] A quien asegurar, dijo una mentira, lo cual fue mal hecho. El apóstol elogia su fe en Dios, pero no el engaño hacia el prójimo, como bien observa Hugo.

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