Y los alguaciles hablaron estas palabras a los magistrados; y tuvieron miedo cuando oyeron que eran romanos.

Ver. 38. Y temieron cuando oyeron, etc. ] No los turbó su pecado, sino su peligro; para Irasci populo Romano nemo sapienter potest. No era seguro chocar contra la roca del poder de Roma. Cicerón nos dice que Haec vox, Civis Romanus sum, saepe in ultimis terris, etc. Esta sola palabra, "Soy un romano", alivió y rescató a muchos en los confines de la tierra y entre los bárbaros.

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