Y habiendo dicho esto, se levantaron el rey, el gobernador, Berenice y los que estaban sentados con ellos.

Ver. 30. El rey se levantó y el gobernador ] Un poco de tan triste discurso les sirvió de turno: pronto se saciaron, y listos para decir como lo hizo Antípatro rey de Macedonia, cuando uno le presentó un libro que trataba de la felicidad, él respondió: σχολαζω, tengo algo más que hacer que aprender o escuchar esos negocios; cuando quizás nunca tendrían la misma oportunidad de escuchar a un predicador tan persuasivo mientras respiraban de nuevo, como Pablo.

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