¿Eres tú más grande que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo y bebió de él él, sus hijos y su ganado?

Ver. 12. Nuestro padre Jacob ] Josefo nos dice que estos samaritanos, mientras los judíos prosperaban, serían sus queridos primos; pero cuando estaban en la adversidad (como bajo Antíoco) los repudiarían y desautorizarían por completo. Escribieron a Antíoco, porque atormentaba a los judíos, para excusarse como ninguno; y llamaron a Antíoco, el Dios fuerte. ¡Oh, bajeza!

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