Mis estatutos guardaréis. No dejarás que tu ganado se genere con otra especie; no sembrarás tu campo con semilla mezclada; ni vestido de lino y lana te vendrá.

Ver. 19. Mis estatutos guardaréis. ] Incluso los siguientes, aunque parezcan ser minutula legis, no vale la pena conservarlos.

No dejarás tu ganado. ] Los doctores de Douay, sobre este texto, Aquí toda participación, dicen ellos, con herejes y cismáticos está prohibida. Felipe de España dijo que prefería no tener súbditos que súbditos de una religión diversa. Nuestro rey Eduardo VI les dijo a los rebeldes papistas de Devonshire, que lucharon por la libertad de conciencia, como ellos la llaman, que en lugar de ceder ante ellos, gastaría su propia persona real, su corona, tesoro, reino y bienes enteros. ; de lo cual te aseguramos, dijo, nuestro gran honor.

a Pero ahora, ¡ay! ¿Qué proyectos y prácticas secretos y sutiles hay entre nosotros de esta nación para introducir una tolerancia universal, ilimitada, ilegal, abominable e intolerable, que - como afirman los ministros de Londres en su "Testimonio de la verdad de Jesucristo", ahora recientemente publicado para la singular alabanza de su celo ejemplar y oportuno por Dios, resultará un mal horrible y complejo de la más peligrosa y dañina consecuencia, si alguna vez, que Dios no lo quiera, será consentido por la autoridad.

Inglaterra será devorada por sectas, cismas, divisiones, desórdenes, contiendas y confusiones, y se convertirá en un odioso sumidero y receptáculo de cometas de todos los prodigiosos errores, mentiras, herejías, blasfemias, libertinaje y blasfemias del mundo: de modo que Roma ella misma no será un charco más odioso y una jaula de toda abominación e inmundicia. Los piadosos se sentarán y se lamentarán por nosotros. Los malvados se levantarán y nos insultarán.

Todas las naciones que nos rodean se asombrarán de nosotros. Todas las Iglesias reformadas se avergonzarán de poseernos. Así, y mucho más con este propósito, escriban a esos dignos fanáticos, cuyo testimonio de la verdad, llegando por una providencia a mi mano, incluso mientras escribía este capítulo, no pude sino ponerle mi sello aquí, y aquí inserte esta parte de ella, todo el ser tal que merece ser escrito en letras de oro sobre una mesa de mármol, para el uso de toda la posteridad b

Ni vestido.] Por eso los judíos en este día no siembran vestido de lana con hilo de lino, ni al contrario. C

un acto. y Mon., fol. 1189.

b Testimonio de los Ministros de Londres, etc., atestiguado.

c Leo Moden.

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