Y les dijo: Mirad y guardaos de la codicia, porque la vida de un hombre no consiste en la abundancia de las cosas que posee.

Ver. 15. Mirad y cuidado con la codicia ] Esto nuestro Salvador agrega después de "¿quién me hizo juez?" para enseñarnos a no acudir a la ley con una mente codiciosa; pero como Carlos el rey francés hizo la guerra con nuestro Enrique VII, deseando más la paz que la victoria.

Porque la vida de un hombre no consiste, etc. ] No puede vivir de ellos ni alargar su vida con ellos. La reina Isabel una vez se deseó una lechera. Bajazet envidiaba la felicidad de un pobre pastor que se sentaba en la ladera de una colina descansando alegremente con su pipa hogareña. En él se muestra, dice el historiador, que la dicha mundana consiste no tanto en poseer mucho, sujeto al peligro, como en gozar en un poco de satisfacción, sin miedo.

Los hombres codiciosos, al mirar boquiabiertos después de más, pierden el placer de lo que poseen, como un perro en la mesa de su amo se traga toda la carne, él lo echa sin ningún placer, esperando aún con la boca abierta el siguiente bocado.

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