Y había una piara de muchos puercos paciendo en el monte, y le rogaban que les permitiera entrar en ellos. Y los sufrió.

33 Entonces los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos; y la manada corrió violentamente por un empinado hacia el lago y se ahogó.

Ver. 33. Y la manada corrió violentamente ] Así habría hecho pronto el endemoniado, pero Dios lo preservó.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad