Entonces le fueron presentados a los niños, para que pusiese sus manos sobre ellos, y orase; y los discípulos los reprendieron.

Ver. 13. Entonces le fueron traídos pequeños ] por sus padres, cuidadosos de su mayor bien. También debemos presentar los nuestros, como podamos, a Cristo. Y, 1. Orando por ellos antes, durante y después de su nacimiento. 2. Llevándolos oportunamente a la ordenanza del bautismo con fe y mucho gozo en tal privilegio. 3. Educándolos en el santo temor de Dios; suplicando a Dios que persuadiera sus corazones, como hizo Noé con su hijo Jafet. Podemos hablar de manera persuasiva, pero Dios solo persuade; como Rebeca podría cocinar la carne de venado, pero fue solo Isaac quien dio la bendición.

Y los discípulos los reprendieron ] Tenían un negocio por debajo de su Señor el mirar a los pequeños. Pero no es con nuestro Dios, como con su ídolo, que no tuvo tiempo de atender asuntos menores:

" Non vacat exiguis rebus ad esse Iovi " .

Los niños cristianos son la guardería de la Iglesia; el diablo busca destruirlos, como hizo con los niños de Belén; pero Cristo tiene misericordia de ellos y los coloca sobre una roca que es más alta que ellos.

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