Pero cuando oyó que Arquelao reinaba en Judea en el aposento de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; no obstante, siendo advertido por Dios en sueños, se desvió hacia las partes de Galilea:

Ver. 22. Pero cuando oyó que Arquelao ] Ni buen huevo ni buen pájaro, como dicen, Caracalla (dice Dio) nihil cogitabat boni, quia id non didicerat, quod ipse fatebatur: nunca pensó en nada bueno, porque nunca lo había aprendido . Ya no tenía este Arquelao. El Papa Pablo III, cuando su hijo Farnesis había cometido una violencia indecible sobre la persona de Cosmos Chaerius, obispo de Fanum, y luego lo envenenó, se excusó de poder decir: Haec vitia, me non commonstratore, didicit: nunca supo esto del padre.

Pero Arquelao, aunque nunca pudo alcanzar el oficio de su padre, sin embargo, había aprendido su crueldad. Feroz era, pero tonto; salvaje, pero tonto; una babosa, un vientre lento, una bestia maligna; por tanto, los judíos pronto se rebelaron contra él; y Augusto (después de diez años de abuso de su autoridad) lo desterró a Viena o, como dicen otros, a Lyon en Francia; poniendo en su lugar a su hermano Herodes, el mismo que se burló y menospreció a nuestro Salvador en su pasión, como escribe san Jerónimo.

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