Pero los prudentes tomaron aceite en sus vasijas con sus lámparas.

Ver. 4. Pero los sabios tomaron aceite ] Es decir, fe verdadera en sus corazones, que como aceite, se extiende, ablanda, suplica, empapa. Cristo no pone sobre su profesión un color suave (un azul de madera maciza), sino que los tiñe en grano, con verdadera gracia y santidad.

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