El perezoso [el hombre] no asa lo que tomó en la caza, pero la sustancia del hombre diligente es preciosa.

Ver. 27. El hombre perezoso (o engañoso) no asa lo que tomó en la caza.] Nunca disfrutará de sus bienes adquiridos mal; pero "aunque amontone plata como el polvo, y prepare ropaje como el barro, puede prepararlo, pero el justo se lo vestirá, y el inocente dividirá la plata". Job 27: 16-17 Leí acerca de un carnicero deshonesto que, habiendo robado un buey y hecho que lo arreglaran el día de su boda, ese mismo día fue aprehendido y no mucho después ejecutado.

Leí de Tecelius, el traficante de indulgencias del Papa en Alemania, que después de haber vendido indulgencias reunió una gran cantidad de dinero y regresó a Roma, fue recibido y sacado de su dinero por un tipo extraño, que luego fue procesado por un delincuente, presentó un perdón por los pecados futuros que le concedió el propio Tecelius, y al ser absuelto por el juez, asó lo que ese otro viejo zorro había capturado en la caza.

Pero la sustancia del hombre diligente es preciosa. ] Gran valor, cualquiera que sea en cantidad; como una cajita de perlas vale más que montañas de guijarros. Sal 37:16 Proverbios 15:16 ; Pro 12: 2 La casa del justo tiene mucho tesoro; aunque no haya más que curta suppellex, res augusta dotal, no tiene ese cuidado en conseguir, miedo en mantener, dolor en perder, esos tres buitres caídos que se alimentan continuamente del corazón de los ricos mundanos y desvanecen todas sus comodidades.

Jabal, que habitaba en tiendas y cuidaba los rebaños, tenía a Jubal como su hermano, el padre de la música. Jabal y Jubal, diligencia y complacencia, buena crianza y una suficiencia satisfactoria, habitualmente conviven juntos.

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