El alma llena aborrece el panal de miel; pero para el alma hambrienta, todo lo amargo es dulce.

Ver. 7. El alma llena aborrece el panal de miel. ] Heb .: lo pisa como estiércol o carne de perro. Crisóstomo informa el dicho de cierto filósofo con el mismo propósito. Anima in satietate posita etiam favis illudit; El alma saciada rechaza la mejor comida y el sustento más dulce. Esto también es cierto en los espirituales. La miel de la santa palabra de Dios, ¡cómo la pisotean esas bestias alimentadas en el establo, en quienes la plenitud engendró el olvido, la seguridad de la saciedad! "Nuestra alma aborrece esta carne liviana", decían de su maná, cuando una vez se embriagaba con él.

Los fariseos no encontraron más dulzura o sabor en los sermones de nuestro Salvador que en la clara de un huevo o en una rodaja seca. Nuestra nación también está harta de una pletoría o pleuresía espiritual; comenzamos a hartarnos del pan de vida. Ahora, cuando Dios ve sus misericordias debajo de la mesa, le toca a él llamar al enemigo para que se las lleve. "Por tanto, he aquí que te entregaré a los hombres del Oriente, quienes comerán de tu fruto y beberán tu leche". Eze 25: 4

Pero para el alma hambrienta, todo lo amargo es dulce. ] El hambre es el mejor cocinero, dicen los holandeses; la mejor salsa, decimos nosotros; la experiencia lo demuestra: con qué dulzura sazona las comidas caseras, las comidas toscas. a Artajerjes Memor lo pusieron a huir para salvar su vida, alimentado hambriento con pan de cebada, con higos secos, y dijo que nunca había hecho una comida mejor en toda su vida. Huniades, una vez expulsada del campo por los turcos, y atacando a un pastor, anhelaba por Dios algo de comer: quien lo llevó a una cabaña pobre no muy lejos, haciendo que le pusieran pan y agua con un pocas cebollas: quien, en el grato recuerdo de aquella miseria pasada, solía decir muchas veces en sus grandes banquetes que nunca en su vida le fue mejor o más delicadamente que cuando cenó con este pastor.B

a Ieiunus bellyus raro vulgaria temnit. - Hora.

b Turk. Hist., Fol. 310.

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