9-11 Todos los creyentes verdaderos atribuyen totalmente su redención y conversión, sus privilegios presentes y esperanzas futuras, al Dios eterno y santísimo. Así surgen las canciones para siempre armoniosas y agradecidas de los redimidos en el cielo. Si en la tierra hiciéramos como ellos, que nuestras alabanzas sean constantes, no interrumpidas; unidos, no divididos; agradecido, no frío y formal; humilde, no seguro de sí mismo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad