7,8 Observa el título dado a Cristo, oh Tú, a quien ama mi alma. Los que lo hacen, pueden acudir a él con valentía y pueden humildemente rogarle. ¿Es con el pueblo de Dios un mediodía de problemas externos, conflictos internos? Cristo tiene descanso para ellos. Aquellos cuyas almas aman a Jesucristo, desean fervientemente compartir los privilegios de su rebaño. Apartarse de Cristo es lo que las almas gentiles temen más que cualquier otra cosa. Dios está listo para responder la oración. Siga la pista, pregunte por la buena manera, observe los pasos del rebaño, mire lo que ha sido la práctica de las personas piadosas. Siéntese bajo la dirección de buenos ministros; al lado de las carpas de los pastores debajo. Trae tu cargo contigo, todos serán bienvenidos. Será el ferviente deseo y la oración del cristiano, que Dios lo dirija tanto en sus asuntos mundanos, y así ordene su situación y empleo, para que pueda tener a su Señor y Salvador siempre delante de él.

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