7-10 La vida es dulce para los hombres malos, porque tienen su parte en esta vida; es dulce para los hombres buenos, porque es el momento de preparación para un mejor; Es dulce para todos. Aquí hay una advertencia para pensar en la muerte, incluso cuando la vida es más dulce. Salomón hace un discurso efectivo a los jóvenes. Desearían tener la oportunidad de perseguir cada placer. Luego sigue tus deseos, pero ten la seguridad de que Dios te llamará a juicio. ¡Cuántos dan rienda suelta a cada apetito y se precipitan en cada placer vicioso! Pero Dios registra cada uno de sus pensamientos y deseos pecaminosos, sus palabras ociosas y sus palabras malvadas. Si evitaran el remordimiento y el terror, si tuvieran esperanza y consuelo en una cama agonizante, si escaparan de la miseria aquí y en el más allá, que recuerden la vanidad de los placeres juveniles. Que Salomón significa condenar los placeres del pecado es evidente. Su objetivo es atraer a los jóvenes hacia alegrías más puras y duraderas. Este no es el lenguaje de uno de los placeres juveniles a regañadientes, porque ya no puede participar de ellos; pero de alguien que, por un milagro de misericordia, ha sido devuelto a salvo. Persuadiría a los jóvenes de intentar un curso del que tan pocos regresan. Si los jóvenes vivirían una vida de verdadera felicidad, si lograran la felicidad de aquí en adelante, que recuerden a su Creador en los días de su juventud.

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