1-6 Salomón presiona a los ricos para que hagan el bien a los demás. Dar libremente, aunque parezca desechado y perdido. Dar a muchos. No te disculpes con el bien que has hecho, del bien que tienes que hacer. No está perdido, pero está bien distribuido. Tenemos razones para esperar el mal, porque hemos nacido para los problemas; Es sabio hacer el bien en el día de la prosperidad. Las riquezas no pueden beneficiarnos si no beneficiamos a los demás. Todo hombre debe trabajar para ser una bendición en ese lugar donde la providencia de Dios lo arroja. Dondequiera que estemos, podemos encontrar un buen trabajo que hacer, si tenemos más corazones para hacerlo. Si ampliamos cada pequeña dificultad, comenzamos a objetar y nos enfrentamos a dificultades, nunca continuaremos, y mucho menos continuaremos con nuestro trabajo. Los vientos y las nubes de tribulación están, en manos de Dios, diseñados para probarnos. La obra de Dios estará de acuerdo con su palabra, lo veamos o no. Y bien podemos confiar en que Dios nos proveerá, sin nuestros inquietos e inquietantes cuidados. No se canse de hacer el bien, porque a su debido tiempo, en el tiempo de Dios, cosechará, Gálatas 6:9.

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