15-20 Un ay grave se manifiesta contra la embriaguez; Es muy temible contra todos los que son culpables de embriaguez en cualquier momento y en cualquier lugar, desde el palacio señorial hasta la mezquina cervecería. Dar una bebida a quien está necesitado, sediento y pobre, o viajero cansado, o listo para perecer, es caridad; pero darle de beber a un vecino, para que se exponga, revele preocupaciones secretas, se vea arrastrado a un mal negocio, o para cualquier propósito, esto es maldad. Ser culpable de este pecado, disfrutar de él, es hacer lo que podamos para asesinar tanto el alma como el cuerpo. Hay aflicción para él y castigo que responde al pecado. Se expone la locura de adorar ídolos. El Señor está en su santo templo en el cielo, donde tenemos acceso a él de la manera que él ha designado. Que podamos darle la bienvenida a su salvación y adorarlo en sus templos terrenales, a través de Cristo Jesús y por la influencia del Espíritu Santo.

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