17-20 Los judíos se enorgullecían de mostrar celo por sus ídolos. Aprendamos a ser sinceros al servicio de nuestro Dios, incluso a partir de este mal ejemplo. Pensemos que es un honor ser empleado en cualquier trabajo para Dios. Seamos tan diligentes y tan cuidadosos de enseñar a nuestros hijos las verdades de Dios, como muchos deben enseñar los misterios de la iniquidad. La tendencia directa de este pecado es la malicia contra Dios, pero se lastimará a sí mismo. Y descubrirán que no hay escapatoria. La ira de Dios es fuego insaciable.

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