10-17 Nuestro Señor Jesús asistió al culto público en los días de reposo. Incluso las enfermedades corporales, a menos que sean muy graves, no deben impedirnos el culto público en los días de reposo. Esta mujer acudió a Cristo para que le enseñara y le hiciera un bien a su alma, y luego le alivió su enfermedad corporal. Esta sanidad representa la obra de la gracia de Cristo en el alma. Y cuando las almas torcidas son enderezadas, lo demostrarán glorificando a Dios. Cristo sabía que este gobernante tenía una verdadera enemistad con él y con su evangelio, y que no hacía más que encubrirla con un fingido celo por el día de reposo; en realidad no quería que se sanaran ningún día; pero si Jesús pronuncia la palabra, y pone en práctica su poder curativo, los pecadores son liberados. Esta liberación se realiza a menudo en el día del Señor; y cualquier trabajo que tienda a poner a los hombres en el camino de recibir la bendición, concuerda con el propósito de ese día.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad