10-17 La gente siguió a Jesús, y aunque vinieron intempestivamente, les dio lo que habían venido a buscar. Les habló del reino de Dios. Curó a los que necesitaban ser curados. Y con cinco panes y dos peces, Cristo alimentó a cinco mil hombres. No dejará que a los que le temen y le sirven fielmente les falte ningún bien. Cuando recibimos los consuelos de las criaturas, debemos reconocer que los recibimos de Dios, y que somos indignos de recibirlos; que los debemos todos, y todo el consuelo que tenemos en ellos, a la mediación de Cristo, por quien se quita la maldición. La bendición de Cristo hará que un poco sea un gran camino. Él llena toda alma hambrienta, la satisface abundantemente con la bondad de su casa. Aquí se recogieron fragmentos: en la casa de nuestro Padre hay pan suficiente y de sobra. En Cristo no estamos apurados, ni escatimados.

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