15-20 Nada impide tanto que los hombres entren por la puerta estrecha y se conviertan en verdaderos seguidores de Cristo, como las doctrinas carnales, relajantes y halagadoras de aquellos que se oponen a la verdad. Pueden ser conocidos por la deriva y los efectos de sus doctrinas. Parte de su temperamento y conducta es contraria a la mente de Cristo. Esas opiniones no provienen de Dios que conducen al pecado.

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