27-35 Nuestro negocio es observar los preceptos de Cristo y copiar su ejemplo; hacer justicia, amar la misericordia y cuidarse de la codicia; estar preparado para todo buen trabajo, evitando luchas innecesarias y soportar males, si es posible, en lugar de buscar reparación por ley. Se encontrará que se logra poco al esforzarse. No envidiemos a los opresores prósperos; lejos esté de los discípulos de Cristo elegir cualquiera de sus caminos. Estas verdades pueden ser despreciadas por los codiciosos y lujosos, pero el desprecio eterno será la porción de tales escarnecedores, mientras que el humilde favor se muestra al humilde creyente.

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