1-5 Si vivimos según lo dirigido por la palabra de Dios, la encontraremos rentable incluso en este mundo presente. Somos mayordomos de nuestra sustancia mundana, y tenemos que responderle al Señor por nuestra disposición; desperdiciarlo en esquemas imprudentes, o en planes que puedan enredarnos en dificultades y tentaciones, está mal. Un hombre nunca debe estar seguro por más de lo que puede y está dispuesto a pagar, y puede permitirse pagar sin dañar a su familia; Debería considerar cada suma por la que está comprometido, como su propia deuda. Si debemos tener todo este cuidado para que nuestras deudas con los hombres sean perdonadas, mucho más para obtener el perdón con Dios. Humíllate ante él, asegúrate de que Cristo sea tu amigo, para suplicarte; Ora fervientemente para que tus pecados sean perdonados, y para que no puedas bajar al pozo.

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