1-9 Tenemos muchas razones para amar al Señor, pero su bondad amorosa nos afecta más cuando nos liberamos de una profunda angustia. Cuando un pobre pecador se despierta a un sentido de su estado, y teme que pronto se hunda bajo la justa ira de Dios, entonces encuentra problemas y tristeza. Pero deje que todos invoquen al Señor para que libere sus almas, y lo encontrarán amable y fiel a su promesa. Ni la ignorancia ni la culpa obstaculizarán su salvación cuando depositen su confianza en el Señor. Hablemos todos de Dios tal como lo hemos encontrado; y alguna vez lo hemos encontrado de otra manera que no sea justo Es de su misericordia que no seamos consumidos. Dejen que los que trabajan y cargados pesados ​​vengan a él, para que puedan encontrar descanso para sus almas; y si se extraen de su descanso, que se apresuren a regresar, recordando cuán generosamente el Señor ha tratado con ellos. Deberíamos considerarnos obligados a caminar como en su presencia. Es una gran misericordia evitar que te traguen demasiadas penas. Es una gran misericordia que Dios nos sostenga por la mano derecha, para que no seamos vencidos y derrocados por una tentación. Pero cuando entremos en el descanso celestial, la liberación del pecado y la tristeza estará completa; Contemplaremos la gloria del Señor y caminaremos en su presencia con deleite que ahora no podemos concebir.

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