Y oí una voz del cielo, sin duda de aquel que al principio le había mandado que escribiera, y que luego le ordena que tome el libro; es decir, Jesucristo. Sella las cosas que han pronunciado los siete truenos, y no las escribas.Estas son las únicas cosas que oyó que se le ordenó guardar en secreto: así, algo peculiarmente secreto le fue revelado al amado Juan, además de todos los secretos que están escritos en este libro. Al mismo tiempo, se nos impide preguntar qué fue lo que emitieron estos truenos: basta con que sepamos todo el contenido del libro abierto y del juramento del ángel.

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