Poner su nombre allí, es decir, establecer su culto allí, y al cual llamará por su nombre, como su casa o su morada; es decir, dónde debería estar el arca, el tabernáculo o templo: que fue primero Silo y luego Jerusalén. No hay un solo precepto en toda la ley de Moisés, tan ampliamente inculcado como este, para llevar todos sus sacrificios a ese único altar. ¿Y qué tan importante es esa cita? Deben mantenerse en un lugar, como muestra de su fe.

Que hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y el hombre. No solo sirvió para mantener la noción de la unidad de la divinidad, sino la única forma de acercamiento a Dios y la comunión con él en y por su hijo.

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