Por esta causa te he levantado: aquí se le ordena a Moisés que le entregue el mensaje más terrible, ya sea que lo escuche o que no lo haga. Debe decirle que está marcado para la ruina: que ahora está como la culata a la que Dios dispararía todas las flechas de su ira. Por esta causa te he elevado al trono en este momento, y te he hecho soportar el impacto de las plagas hasta ahora, para mostrarte mi poder; así lo ordenó la Providencia, que Moisés tuviera un hombre de tan feroz y espíritu obstinado con el que lidiar, para convertirlo en el ejemplo más notable y memorable del poder que Dios tiene para derribar al más orgulloso de sus enemigos; para que mi nombre, poder irresistible y mi justicia inflexible, sean proclamados en toda la tierra, no solo en todos los lugares, sino en todas las edades mientras la tierra permanezca.

Este será el evento. Pero de ninguna manera se sigue que este fue el diseño de Dios. Tenemos innumerables casos en las Escrituras de esta forma de hablar, para denotar no el diseño, sino solo el evento.

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