Y bendito sea el Dios Altísimo. Nota: En todas nuestras oraciones debemos alabar a Dios y unir aleluyas con todos nuestros hosannas. Estos son los sacrificios espirituales que debemos ofrecer diariamente y en ocasiones particulares. Dios como el Dios Altísimo debe tener la gloria de todas nuestras victorias. En ellos se muestra más alto que nuestros enemigos y más alto que nosotros, porque sin él no podríamos hacer nada. Y le dio el diezmo de todo, es decir, del botín, Hebreos 7:4 .

Esto puede considerarse, como una gratificación presentada a Melquisedec, a modo de recompensa por sus respetos. Como ofrenda dedicada al Dios Altísimo y, por tanto, puesta en manos de Melquisedec su sacerdote. Jesucristo, nuestro gran Melquisedec, debe ser humildemente reconocido por cada uno de nosotros como nuestro rey y sacerdote, y no solo el diezmo de todo, sino todo lo que tenemos, debe ser entregado a él.

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