El apóstol comienza aquí a tratar del sacerdocio de Cristo. La suma de lo que observa con respecto a él es: Todo lo que es excelente en el sacerdocio levítico está en Cristo, y de una manera más eminente; y lo que falta en esos sacerdotes, en él está. Y nadie toma este honor: el sacerdocio. Para él, pero el que es llamado por Dios, como Aarón, y su posteridad, que fueron todos llamados a la vez. Pero se puede observar que Aarón no predicó en absoluto; la predicación no forma parte del oficio sacerdotal.

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