Que ... Te ruego esta misericordia no solo por mí mismo, sino por el bien de tu pueblo, para que disfruten de las bendiciones que les has prometido; y particularmente, que nuestros hijos, que son la fuerza y ​​la esperanza de una nación, sean como plantas, floreciendo y creciendo en altura y fuerza, como lo hacen las plantas en su juventud; porque cuando envejecen, se marchitan y se pudren. Piedra angular: fuerte y hermosa.

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