Entonces acércate a Dios en oración, y él se acercará a ti y te oirá; para que nada lo estorbe, limpia tus manos, deja de hacer el mal. Y purificad vuestros corazones de todo adulterio espiritual. No seas más doble de ánimo, esforzándote en vano por servir tanto a Dios como a Mammón.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad