Clemente de Alejandría El Instructor Libro II

Dice también: "Vi las almas de los que habían testificado, debajo del altar, y se les dio a cada uno una túnica blanca"[229].

Tertuliano Tratado sobre el alma

vio claramente las almas de los mártires.[51]

Tertuliano Tratado sobre el alma

¿Cómo es, pues, que la región del Paraíso, que como se reveló a Juan en el Espíritu estaba debajo del altar,[319]

Tertuliano sobre la resurrección de la carne

En el Apocalipsis de Juan, de nuevo, se expone el orden de estos tiempos, que "las almas de los mártires" son enseñadas a esperar bajo el altar, mientras oran con fervor para ser vengadas y juzgadas:[172]

Tertuliano sobre la resurrección de la carne

Pues incuestionablemente él, que ha expuesto a nuestra vista las almas hasta ahora incorpóreas de los mártires que descansan bajo el altar,[251]

Escorpio de Tertuliano

¿Quiénes, orad, son estos tan bienaventurados conquistadores, sino mártires en el sentido estricto de la palabra? Porque ciertamente de ellas son las victorias de quienes también son las luchas; suyas, sin embargo, son las luchas de las que también es la sangre. Pero las almas de los mártires descansan mientras tanto en paz bajo el altar,[87]

Cinco libros en respuesta a Marción

Tras su matanza.[253]

Tratado de Cipriano IX Sobre la ventaja de la paciencia

er el altar de Dios las almas de los que fueron muertos por la palabra de Dios y por el testimonio de ellos; y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dio a cada uno túnicas blancas; y se les dijo que descansaran todavía un poco de tiempo, hasta que se complete el número de sus consiervos y hermanos, los cuales después serán muertos según su ejemplo.”[49]

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y a cada uno de ellos le fueron dadas túnicas blancas; y se les dijo que descansaran todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y de sus hermanos, y los que después de ellos han de ser muertos, conforme a su ejemplo.”[487] ]

Pseudo-Cipriano sobre la gloria del martirio

Por tanto, amados hermanos, aunque todo esto es promesa y don del Señor, y aunque es dado de lo alto, y no se recibe sino por su voluntad, y además, no se puede expresar con palabras ni describir con palabras, ni se puede saciaos de cualquier clase de facultades de elocuencia, tal será vuestra benevolencia, tal será vuestra caridad y amor, que os acordaréis de mí cuando el Señor empiece a glorificar el martirio en vuestra experiencia. Ese altar santo[33]

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