Primera disculpa de Justino " Y, "Si tu ojo derecho te ofende, córtatelo; porque mejor te es entrar en el reino de los cielos con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado en el fuego eterno.” Y, “Cualquiera que se casa con la repudiada del otro marido, comete adulterio.”[ 19]

Ireneo contra las herejías Libro IV

Y, "el que ha mirado a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón; "[207]

Pastor de Hermas Visión Primera

¿O cuando os dije una palabra indecorosa? ¿No pensé siempre en ti como una dama? ¿No te respeté siempre como a una hermana? ¿Por qué me acusáis falsamente de esta maldad e impureza? "Con una sonrisa me respondió: "El deseo de la maldad[9]

Pastor de Hermas Mandamiento Cuarto "Te mando", dijo él, "que guardes tu castidad, y no permitas que ningún pensamiento entre en tu corazón de la esposa de otro hombre, o de fornicación, o de iniquidades similares; porque al hacer esto cometes un gran pecado .Pero si siempre te acuerdas de tu propia esposa, nunca pecarás.Porque si este pensamiento[1]

Teófilo a Autólico Libro III

Y la voz del Evangelio enseña aún con mayor urgencia acerca de la castidad, diciendo: "Cualquiera que mira a una mujer que no es su propia esposa, para codiciarla, ya cometió adulterio con ella en su corazón"[25].

Atenágoras Una súplica para los cristianos "Porque", dice Él, "el que mira a una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio en su corazón".[123]

Atenágoras una súplica para los cristianos

En nombre de aquellos a quienes aplicamos los nombres de hermanos y hermanas, y otras designaciones de parentesco, ejercemos el mayor cuidado para que sus cuerpos permanezcan sin mancha ni corrupción; para el Logos[126]

Clemente de Alejandría Exhortación a los Paganos "No codiciarás, porque sólo por la concupiscencia has cometido adulterio".[151]

Clemente de Alejandría El Instructor Libro III

Los hombres, por lo tanto, dando a las mujeres un noble ejemplo de la verdad, deberían avergonzarse de desnudarse ante ellas, y guardarse de estos espectáculos peligrosos; "porque el que ha mirado con curiosidad", se dice, "ya ha pecado".[58]

Clemente de Alejandría Stromata Libro II

El gnóstico, por tanto, se abstendrá de cometer errores de palabra, de pensamiento, de sensación y de acción, habiendo oído "que el que mira como para codiciar ha cometido adulterio"[112].

Clemente de Alejandría Stromata Libro II "Y el que mira como para codiciar"[139]

Clemente de Alejandría Stromata Libro II

Y no se cuentan los que no son efecto de la elección; "porque el que ha codiciado ya cometió adulterio",[149]

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Hoc autem dicit: "Quicunque respicit ad concupiscentiam, jam moechatus est."[10]

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

generatio creatura Omnipotentis, qui nunquam ex melioribus ad deteriora deduxerit animam); sed ad eos, qui sensibus seu cogitationibus aberraverant, ad nos, inquam, venit Servator: qui quidem ex nostra in praeceptis inobedientia corrupti sunt, dum nimis avide voluptatem persequeremur; cum utique protoplastus noster ternpus praevenisset, et ante debitum tempus matrimonii gratiam appetiisset et aberrasset: quoniam "quicunque aspicit mulierem ad concupiscendum eam, jam moechatus est eam"[172]

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Is ipse ergo erat Dominus, qui tunc quoque damnabat cupiditatem, quae praevenit matrimonium. Cum ergo dicit Apostolus: "Induite novum hominem, qui secundum Deum creatur"[173]

Clemente de Alejandría Stromata Libro IV

Pues, al exponer las palabras: "Pero yo os digo que el que mira a una mujer para codiciarla, ha cometido adulterio"[178].

Clemente de Alejandría Stromata Libro VII

Ahora bien, la Escritura, mostrando que el pecado le es ajeno, vende a extraños a los que se han apartado, diciendo: No miréis a la mujer extraña para codiciarla[136].

Tertuliano sobre la idolatría

aun en la concupiscencia,[6]

Tertuliano sobre la idolatría

Basta, que el Señor ha dicho que las faltas se cometen en la mente y en la conciencia. Si la concupiscencia o la malicia han subido al corazón de un hombre, dice que se tiene por hecho.[175]

Tertuliano Tratado sobre el alma

cuando, por último, "el que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"[104].

Tertuliano Tratado sobre el alma

En efecto, las emociones del pecado, cuando no producen efectos, suelen imputarse al alma: "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"[270].

Tertuliano Tratado sobre el alma "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"[350].

Tertuliano sobre la resurrección de la carne

y otra vez: "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"[89].

Tertuliano De la indumentaria femenina Libro II

disociarse en (la forma de) pena de la comisión real de fornicación,[13]

Tertuliano sobre la exhortación a la castidad

todo tipo de atracción personal, con miras a aumentar su poder de seducción; (puesto que, además, agradar con la belleza personal y el vestido es el genio de la concupiscencia carnal, que también es la causa de la fornicación: orad, ¿os parece que el segundo matrimonio raya en la fornicación, ya que en él se detectan aquellos ingredientes que son apropiado para la fornicación? El mismo Señor dijo: "Quien haya visto a una mujer con miras a la concupiscencia, ya la ha violado en su corazón"[46].

Orígenes de Principios Libro III

y, "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"[42].

Orígenes de Principios Libro III

y, "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"[54].

Constituciones de los Santos Apóstoles Libro I

Pero ahora yo mismo os digo: Cualquiera que mira a la mujer de su prójimo para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”[5]

Reconocimientos de Clemente VII

Y a esto añadió: Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; porque mejor te es que se pierda uno de tus miembros, antes que todo tu cuerpo sea echado en el infierno de fuego. '[12]

Adición a los Hechos de Felipe

¿No sabes, Bartolomé, que la palabra de nuestro Señor es verdadera vida y conocimiento? porque el Señor nos dijo en Su enseñanza: Cualquiera que mira a una mujer y la codicia en su corazón, ha consumado adulterio.[8]

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