Epístola de Ignacio a Policarpo

Sobrelleva las debilidades de todos, como siendo un perfecto atleta [en la vida cristiana], así como lo hace el Señor de todos. Porque dice [la Escritura]: "Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias"[9].

Comentario de Orígenes sobre el Libro II de Juan

de la carne de pecado y por el pecado, y condenó al pecado haciéndole madurar la semejanza de la carne de pecado, entonces no se puede decir de Él, absoluta y directamente, que no había tinieblas en Él. Podemos agregar que "Él[79]

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