Verso 46. Y dijo María: Engrandece mi alma al Señor.

Ambrosio; Así como el mal entró en el mundo por una mujer, así también el bien es introducido por la mujer; y así parece no sin sentido, que tanto Isabel profetiza antes de Juan, como María antes del nacimiento del Señor. Pero se sigue que, como María era la persona más grande, pronunció la profecía más completa.

ALBAHACA; Porque la Virgen, con pensamientos elevados y profunda penetración, contempla el misterio sin límites, cuanto más avanza, magnificando a Dios; Y dijo María: Engrandece mi alma al Señor.

GRIEGO EX. Como si dijera: Cosas maravillosas ha declarado el Señor que hará en mi cuerpo, pero mi alma no quedará sin fruto delante de Dios. Me conviene ofrecerle también el fruto de mi voluntad, porque en la medida en que soy obediente a un gran milagro, estoy obligado a glorificar a Aquel que realiza en mí sus obras poderosas.

ORIGEN; Ahora bien, si el Señor no podía recibir aumento ni disminución, ¿qué es esto de lo que habla María: Engrandece mi alma al Señor? Pero si considero que el Señor nuestro Salvador es la imagen del Dios invisible, y que el alma es creada según su imagen, para ser imagen de una imagen, entonces veré claramente que a la manera de los que están acostumbrados a pintar imágenes, formando cada uno de nosotros su alma a la imagen de Cristo, la haga grande o pequeña, vil o noble, a semejanza del original, así cuando haya engrandecido mi alma en pensamiento, palabra, y de hecho, la imagen de Dios se engrandece, y el Señor mismo, de quien es imagen, se magnifica en mi alma.

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