Ver 56. Y se quedó María con ella unos tres meses, y volvió a su casa.

Ambrosio; María se quedó con Isabel hasta que cumplió el tiempo de dar a luz; como está dicho, Y María moró, &c.

TEOFILO. Porque en el sexto mes de la concepción del precursor, el Ángel vino a María, y se quedó con Isabel tres meses, y así se cumplieron los nueve meses.

Ambrosio; Ahora bien, no fue sólo por el bien de la amistad por lo que se quedó tanto tiempo, sino también por el aumento de un profeta tan grande. Porque si en su primera venida el niño había avanzado tanto, que al saludo de María saltó en el vientre, y su madre quedó llena del Espíritu Santo, ¿cuánto debemos suponer que la presencia de la Virgen María ha añadido durante la experiencia de tanto tiempo? Con razón, entonces, se la representa como habiendo mostrado bondad a Elisabeth y preservado el número místico.

TEÓFILO: Porque el alma casta que concibe el deseo de la palabra espiritual debe necesariamente someterse al yugo de la disciplina celestial, y peregrinando por días como de tres meses en el mismo lugar, no cesa de perseverar hasta que sea iluminado por la luz de la fe, la esperanza y la caridad.

TEOFILO. Pero cuando Isabel iba a dar a luz, la Virgen se fue, como sigue: Y volvió; o, probablemente a causa de la multitud, que estaba a punto de reunirse en el nacimiento. Pero no era propio de una virgen estar presente en tal ocasión.

GRIEGO EX. Porque es costumbre que las vírgenes se vayan cuando la mujer encinta da a luz. Pero cuando llegó a su propia casa, no fue a ningún otro lugar, sino que permaneció allí hasta que supo que la hora de su parto estaba cerca. Y José dudando, es instruido por un Ángel.

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