Verso 18. Y esta voz que venía del cielo.

Y afirmo además que la voz que oímos vino del cielo, y que sucedió mientras estábamos con Jesucristo en el monte santo. Como testigos, nuestros sentidos de la vista y del oído fueron requeridos. Les doy el lugar donde ocurrió lo que vimos y oímos, y las palabras precisas pronunciadas. Este es nuestro testimonio. Escuchamos a Dios hablarlo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento