2 Pedro 1:18 . Y esta voz oímos que venía del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. El carácter del testimonio divino de Cristo se describe así aún más cuidadosamente, con respecto tanto a su propia franqueza como a la credibilidad del informe que se dio de él. Vino inmediatamente del cielo.

Lo informaron, también, los que estaban presentes con Cristo mismo en la ocasión, y fueron tanto testigos oculares como auditivos de lo que sucedió, no solo viendo con sus propios ojos la escena, sino escuchando con sus propios oídos la voz. Por 'monte santo' se debe entender no el monte del templo (como si la voz a la que se refería fuera, como imaginó Grocio, la registrada en Juan 12:28 ), sino el Monte de la Transfiguración.

Pedro no lo identifica ni con Hermón ni con Tabor. Él le da, sin embargo, el mismo título honorífico que Sion disfrutaba en el Antiguo Testamento. Las asociaciones sagradas ahora conectadas con él, y el hecho de que había sido el escenario de una manifestación de la Divinidad, lo habían convertido en terreno 'sagrado'. Entonces, como nota Calvino, el lugar donde Jehová se le apareció a Moisés se convirtió en tierra 'santa'. - Es interesante observar cómo en su vejez la mente de Pedro se llena de las maravillas de la Transfiguración, y cómo encuentra en la gloria que presenció allí un presagio de la gloria en la que Cristo había de volver.

Cabría preguntarse por qué destaca este acontecimiento particular, y sólo éste, cuando se siente llamado a afirmar la base histórica de su enseñanza, y a repudiar toda sospecha de mezcla legendaria. La respuesta es obvia. Las verdades que en la actualidad llama la atención de sus lectores son las que se relacionan con la Segunda Venida de Cristo, esa Venida en poder y juicio de la cual se puso en duda, se negó y se burló.

Por lo tanto, era natural que ejemplificara la gloria repentina que había presenciado brotar de la persona de Cristo y rodearla en el monte. En eso reconoció una prenda del poder con el cual Cristo había de regresar. Se observa correctamente, también, que toda esta declaración, dada tal cual es de forma independiente, con variaciones propias, y sin pretender ser citada de ninguna narración escrita, es una confirmación importante de la verdad de la narración evangélica de la Transfiguración ( así Plumptre, etc.).

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