18. En el monte sagrado. Él lo llama el monte sagrado, por la misma razón que la tierra fue llamada santa donde Dios se le apareció a Moisés. Porque donde quiera que venga el Señor, como él es la fuente de toda santidad, santifica todas las cosas por el olor de su presencia. Y por este modo de hablar se nos enseña, no solo a recibir a Dios con reverencia dondequiera que se muestre, sino también a prepararnos para la santidad, tan pronto como él se acerque a nosotros, como se le ordenó a la gente cuando se proclamó la ley en el Monte Sinaí Y es una verdad general,

"Sed santos, porque yo soy santo, que habito en medio de vosotros". ( Levítico 11:44.)

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