La locura se sitúa en una gran dignidad, y los ricos se sientan en lugares bajos Por "gran dignidad", literalmente grandes alturas. Los "ricos" aquí son aquellos que por nacimiento y posición son considerados los gobernantes naturales de la humanidad. Tales hombres, como los ἀρχαιόπλουτοι (los "hombres de la riqueza ancestral") de los escritores políticos griegos, (Aristot. Rhet . ii. 9; Aesch. Agam . 1043) un gobernante sabio se asocia consigo mismo como consejero.

El tirano, en cambio, como Luis XI. exalta a los bastardos al lugar de honor, o como Eduardo II. o James I. de Inglaterra, o Enrique III. de Francia, prodiga dignidades a sus secuaces. Así que el escritor pudo haber visto a Agathoclea y su hermano; todopoderosa, como amante y favorita, en la corte de Ptolomeo Filopátor (Justino xxx. 1).

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