Pues muchas veces también tu propio corazón . La regla del verso anterior está respaldada por una apelación a la propia conciencia del hombre, " mutato nomine de te fabula narratur ". "Tú tampoco estás libre del hábito de la censura censuradora, de discursos duros y amargos; incluso, puede ser, de -maldición", donde la bendición hubiera sido mejor.

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