(J,E). salario de jacob

En este pasaje y en el capítulo siguiente, Labán es representado en la narrativa israelita como el típico arameo, un hombre de negocios astuto, egoísta y codicioso. Jacob, sin embargo, a pesar de la duplicidad de Labán, prospera sobremanera. Con mayor astucia supera al propio Labán, y Dios le da protección y prosperidad.

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