en esta noche antes del amanecer del día siguiente debería surcar el cielo del este, y en la oscuridad el gallo debería haber cantado dos veces, el que había declarado que nunca se ofendería, negaría tres veces haber conocido a su Señor. San Marcos, como de costumbre, registra dos puntos que realzan la fuerza de la advertencia y la culpabilidad de Pedro, a saber. ( a ) que el gallo cantara dos veces , y ( b ) que después de tal advertencia repitiera su protesta con mayor vehemencia.

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