no le respondió ni una palabra Jesús, con esta negativa, prueba la fe de la mujer, para purificarla y profundizarla. Su petición debe ser ganada con oración ferviente, "para que la luz que gana haga que la luz sea el premio".

Obsérvese que Cristo rechaza primero por el silencio, luego por las palabras expresas.

Despídela Concediéndole lo que pide, cediendo, como el juez injusto, a su importunidad.

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